La Reina Valera

Hechos 22

X

La Reina Valera

Capítulos de Hechos

  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
  • 6
  • 7
  • 8
  • 9
  • 10
  • 11
  • 12
  • 13
  • 14
  • 15
  • 16
  • 17
  • 18
  • 19
  • 20
  • 21
  • 22
  • 23
  • 24
  • 25
  • 26
  • 27
  • 28

Antiguo Testamento

  • Génesis
  • Éxodo
  • Levítico
  • Números
  • Deuteronomio
  • Josué
  • Jueces
  • Rut
  • 1 Samuel
  • 2 Samuel
  • 1 Reyes
  • 2 Reyes
  • 1 Crónicas
  • 2 Crónicas
  • Esdras
  • Nehemías
  • Ester
  • Job
  • Salmos
  • Proverbios
  • Eclesiastés
  • Cantar
  • Isaías
  • Jeremías
  • Lamentaciones
  • Ezequiel
  • Daniel
  • Oseas
  • Joel
  • Amós
  • Abdías
  • Jonás
  • Miqueas
  • Nahún
  • Habacuc
  • Sofonías
  • Ageo
  • Zacarías
  • Malaquías

Nuevo Testamento

  • Mateo
  • Marcos
  • Lucas
  • Juan
  • Hechos
  • Romanos
  • 1 Corintios
  • 2 Corintios
  • Gálatas
  • Efesios
  • Filipenses
  • Colosenses
  • 1 Tesalonicenses
  • 2 Tesalonicenses
  • 1 Timoteo
  • 2 Timoteo
  • Tito
  • Filemón
  • Hebreos
  • Santiago
  • 1 Pedro
  • 2 Pedro
  • 1 Juan
  • 2 Juan
  • 3 Juan
  • Judas
  • Apocalipsis

X

La Reina Valera

palabra por palabra

  • Reina Valera 1909 (RV1909)

significado por significado

+ Todos los capítulos

Hechos 22

Reina Valera (RV1909) (RV1909)

1 VARONES hermanos y padres, oid la razón que ahora os doy.

2 (Y como oyeron que les hablaba en lengua hebrea, guardaron más silencio.) Y dijo:

3 Yo de cierto soy Judío, nacido en Tarso de Cilicia, mas criado en esta ciudad á los pies de Gamaliel, enseñado conforme á la verdad de la ley de la patria, celoso de Dios, como todos vosotros sois hoy.

4 Que he perseguido este camino hasta la muerte, prendiendo y entregando en cárceles hombres y mujeres:

5 Como también el príncipe de los sacerdotes me es testigo, y todos los ancianos; de los cuales también tomando letras á los hermanos, iba á Damasco para traer presos á Jerusalem aun á los que estuviesen allí, para que fuesen castigados.

6 Mas aconteció que yendo yo, y llegando cerca de Damasco, como á medio día, de repente me rodeó mucha luz del cielo:

7 Y caí en el suelo, y oí una voz que me decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?

8 Yo entonces respondí: ¿Quién eres, Señor? Y me dijo: Yo soy Jesús de Nazaret, á quien tú persigues.

9 Y los que estaban conmigo vieron á la verdad la luz, y se espantaron; mas no oyeron la voz del que hablaba conmigo.

10 Y dije: ¿Qué haré, Señor? Y el Señor me dijo: Levántate, y ve á Damasco, y allí te será dicho todo lo que te está señalado hacer.

11 Y como yo no viese por causa de la claridad de la luz, llevado de la mano por los que estaban conmigo, vine á Damasco.

12 Entonces un Ananías, varón pío conforme á la ley, que tenía buen testimonio de todos los Judíos que [allí] moraban,

13 Viniendo á mí, y acercándose, me dijo: Hermano Saulo, recibe la vista. Y yo en aquella hora le miré.

14 Y él dijo: El Dios de nuestros padres te ha predestinado para que conocieses su voluntad, y vieses á aquel Justo, y oyeses la voz de su boca.

15 Porque has de ser testigo suyo á todos los hombres, de lo que has visto y oído.

16 Ahora pues, ¿por qué te detienes? Levántate, y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre.

17 Y me aconteció, vuelto á Jerusalem, que orando en el templo, fuí arrebatado fuera de mí.

18 Y le vi que me decía: Date prisa, y sal prestamente fuera de Jerusalem; porque no recibirán tu testimonio de mí.

19 Y yo dije: Señor, ellos saben que yo encerraba en cárcel, y hería por las sinagogas á los que creían en ti;

20 Y cuando se derramaba la sangre de Esteban tu testigo, yo también estaba presente, y consentía á su muerte, y guardaba las ropas de los que le mataban.

21 Y me dijo: Ve, porque yo te tengo que enviar lejos á los Gentiles.

22 Y le oyeron hasta esta palabra: entonces alzaron la voz, diciendo: Quita de la tierra á un tal hombre, porque no conviene que viva.

23 Y dando ellos voces, y arrojando sus ropas y echando polvo al aire,

24 Mandó el tribuno que le llevasen á la fortaleza, y ordenó que fuese examinado con azotes, para saber por qué causa clamaban así contra él.

25 Y como le ataron con correas, Pablo dijo al centurión que estaba presente: ¿Os es lícito azotar á un hombre Romano sin ser condenado?

26 Y como el centurión oyó [esto], fué y dió aviso al tribuno, diciendo: ¿Qué vas á hacer? porque este hombre es Romano.

27 Y viniendo el tribuno, le dijo: Dime, ¿eres tú Romano? Y él dijo: Sí.

28 Y respondió el tribuno: Yo con grande suma alcancé esta ciudadanía. Entonces Pablo dijo: Pero yo lo soy de nacimiento.

29 Así que, luego se apartaron de él los que le habían de atormentar: y aun el tribuno también tuvo temor, entendido que era Romano, por haberle atado.

30 Y al día siguiente, queriendo saber de cierto la causa por qué era acusado de los Judíos, le soltó de las prisiones, y mandó venir á los príncipes de los sacerdotes, y á todo su concilio: y sacando á Pablo, le presentó delante de ellos.

< anterior próximo >

Antiguo Testamento

  • Génesis
  • Éxodo
  • Levítico
  • Números
  • Deuteronomio
  • Josué
  • Jueces
  • Rut
  • 1 Samuel
  • 2 Samuel
  • 1 Reyes
  • 2 Reyes
  • 1 Crónicas
  • 2 Crónicas
  • Esdras
  • Nehemías
  • Ester
  • Job
  • Salmos
  • Proverbios
  • Eclesiastés
  • Cantar
  • Isaías
  • Jeremías
  • Lamentaciones
  • Ezequiel
  • Daniel
  • Oseas
  • Joel
  • Amós
  • Abdías
  • Jonás
  • Miqueas
  • Nahún
  • Habacuc
  • Sofonías
  • Ageo
  • Zacarías
  • Malaquías

Nuevo Testamento

  • Mateo
  • Marcos
  • Lucas
  • Juan
  • Hechos
  • Romanos
  • 1 Corintios
  • 2 Corintios
  • Gálatas
  • Efesios
  • Filipenses
  • Colosenses
  • 1 Tesalonicenses
  • 2 Tesalonicenses
  • 1 Timoteo
  • 2 Timoteo
  • Tito
  • Filemón
  • Hebreos
  • Santiago
  • 1 Pedro
  • 2 Pedro
  • 1 Juan
  • 2 Juan
  • 3 Juan
  • Judas
  • Apocalipsis
La Reina Valera